Parado lejos de tu cabello espero el momento de meterme un tu cama. De noche escribo diálogos ingeniosos para verte. Los estudio con detenimiento. De nada sirve. Contigo todo lo cambio, soy un optimista tan vulnerable como la arena.
Me resultan tan interesantes tus realidades cotidianas que me han embiagado al punto de mi dejo. De mis sueños no despierto y te espero alegre desde fuera. Nunca entro, nunca puedo. Tu, allá en la distancia sonríes con la sola intención de mantenerme loco y alejado. Yo, borracho me esfuerzo por pensar en otra estrategia de encuentro.
Estudio tu mirada y no hay nada. Solo rechazo, no me deja verte. Frustrado me siento a la orilla de tus días. Lloro con la luna. Mi locura no me da consuelo. En mi cama se deshacen sin trascendencia mis sueños.
Me resultan tan interesantes tus realidades cotidianas que me han embiagado al punto de mi dejo. De mis sueños no despierto y te espero alegre desde fuera. Nunca entro, nunca puedo. Tu, allá en la distancia sonríes con la sola intención de mantenerme loco y alejado. Yo, borracho me esfuerzo por pensar en otra estrategia de encuentro.
Estudio tu mirada y no hay nada. Solo rechazo, no me deja verte. Frustrado me siento a la orilla de tus días. Lloro con la luna. Mi locura no me da consuelo. En mi cama se deshacen sin trascendencia mis sueños.
2 comentarios:
Wolas!
Un día alguna mujer me dijo que se debía observar de un cuerpo el dinamismo de su contingencia, lo que puede ser o no en relación a lo que le rodea, de este modo desmitificamos las cosas y el cuerpo en observación se vuelve mas nítido, pero cuidado, también mortal y defectuoso.
Hasta hace poco tiempo comprendí lo que me quería decir, hasta el día que la aborrecí.
Será por qué dejé de pensar en ella como una deidad y vi sus contingencias.
Se casa dentro de poco con un pinche ingeniero industrial, frió, frió, frió, celoso, celoso, celoso y cuadrado, cuadrado, cuadrado.
Un abrazo hasta la perla, gracias por el honor de sus visitas y pues por aquí estaré leyendo sus deleitosas letras!
Salud con Sabina, Calamaro y una taza de café!
Sería mejor un tequilita que tengo ahí, pero, es lunes… Je.
El peligro creo que está de los dos lados. El verlos como deidad o el verlos tal cual de zarrapastrosos como son. Jajaja a mi me pasó que me enamoré de todo: de su talento como artista, de sus patas mal olientes, su snobismo simulado, su imaginación, su música rara y su raíz popera.
Ah! pero un día se enamoró de alguien más y se acabó. Tal vez él solo veía en mi uno de esos lados.
Un abrazo y un fuerte salud! hoy ya no hay pretextos es jueves..
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